La Congregación De Madres de Desamparados (como se le llamó primitivamente), nació el 25 de diciembre de 1880. El Obispo de Málaga, Don Manuel Gómez Salazar, fue la mediación elegida por Dios para comunicar a Ana Josefa, en la noche misma de la Navidad, los designios de Dios sobre ella y sus compañeras: “HIJAS, HABÉIS NACIDO CON EL NIÑO JESÚS”,… les dijo. E, incluso les sugirió el nombre de la Congregación, Madres de Desamparados, y el nombre que Ana Josefa podría llevar a partir de su profesión, Petra de San José.
Desde los comienzos Madre Petra se muestra abierta al querer de Dios. Como verdadero testigo de la misericordia, movida por el Espíritu Santo, va saliendo al paso de las necesidades que encuentra en su entorno. Ella quiere mostrar a los hombres (sobre todo a los niños, jóvenes y ancianos…) el amor con que Dios los ama. Madre Petra se introdujo en esta andadura y dejó huella, la que hoy siguen pisando y haciendo nueva sus hijas.